Como no, otra vez caí en sus asquerosos brazos, a Dios o vete tu a saber a que, le doy las gracias porque esta vez no hubo penetración. Lo increíble es que no caiga en la cuenta de lo realmente repugnante que me resulta cuando me encuentro en estado consciente, pero ella sabe que a ciertas horas, en ciertas circunstancias, soy capaz de follarla hasta que pida tregua con lágrimas en los ojos. No es que sea fea físicamente, es que es asquerosa a todos los niveles, es una enferma, incapaz de aceptar ayuda de sus seres queridos que bien saben lo tremendamente jodida que esta. Esta claro, tiene alguien que me vigila, y cuando llega el momento y yo estoy en cualquier parte menos donde denuncia mi cuerpo que estoy, aparece ella, no necesita hacer ni decir nada. Estoy perdido, después de comprobar que los insultos más hirientes que le promulgo en mis prolongados tiempos conscientes no dan ningún fruto, más que el de su aceptación de que solo tiene sitio u oportunidad cuando voy ciego, y la da igual, no la importa lo más mínimo, Dios, como odio todo lo que tiene que ver con ella, su sucia y mal oliente vagina, sus inertes, pequeños y flácidos pechos, sus fríos e inexpresivos labios, sus manos marmóreas, su oxidado cabello, su prepotencia ¿que tengo que hacer para librarme de ella?, ¿estrangularla?, ¿abandonar mi trabajada vida con tantas y tan útiles sustancias?, ¿que es lo que tengo hacer Dios mío?.
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