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De la absurda belleza o levedad de los individuos

De la absurda belleza o levedad de los individuos Tienes un problema con alguien, con alguien muy cercano a ti, la cosa dura ya dos días, de repente, un asunto que nada tiene que ver te hace sentirte bien, feliz o activo, nervioso, positivo... ya todo parece haberse olvidado sin que la persona con la que sostienes el problema se haya dignado a preguntarte cuanto te dolió o te duele el mal que te ha hecho, sin ver si hay una forma de arreglarlo sin seguir sosteniendo ninguna situación violenta, dolorosa, innecesaria, en cualquier caso ridícula. Hace poco discutí con alguien porque me decía que hoy más que nunca la comunicación no fluye, yo por supuesto aducía que eso era falso, supongo que lo es, aunque cuando de personas cercanas se trata, la comunicación a veces es demasiado precaria o inexistente.

De cualquier manera, la situación en la que alguien que se ha alejado de ti voluntariamente sin pensar en las consecuencias, y después de un corto periodo de tiempo, durante un arrebato tuyo de felicidad vuelve a acercarse como si nunca hubiera pasado nada... me parece lamentablemente triste, casi puedo decir que me parece odiosa, creo que las cosas se arreglan buscando un punto intermedio de confluencia de intereses, gustos, ideas, etc nunca poniendo por medio reglas, ultimatums, en todo caso barreras infranqueables, ¿tan difícil es hablar? ¿tan escurridiza es la coherencia?

Ahora, una vez más, seguiré como si nunca hubiera pasado nada, porque si encima recuerdo que aún hay un conflicto entre nosotros, yo me convertiré en un ser vengador y mezquino que no tiene consideración hacia sus seres queridos, ¿y la próxima vez? ¿planto cara? ¿sigo ese refrán tan español que dice: " Más vale ponerse una vez colorado que ciento amarillo"? ¿no me convertiré a medio plazo a los ojos de los demás en un ser conflictivo? ¿serán capaces de ver con meridiana claridad que solo intento acabar con las discordancias de una forma lo más aséptica e indolora posible? ¿nadie se dará cuenta que odio las situaciones violentas, los enfados enconados? Tanta belleza que cada amanecer, cada mujer, cada animal, cada ola del río... nos regalan todos los días, y en vez de pararnos y dejar que nuestros ojos beban de esa belleza, intentamos imponer nuestros criterios a la fuerza sin saber hasta que punto hemos herido a los demás, ¿que es más absurdo? ¿que cada día nos regale tanta belleza? ¿o que nosotros jamás nos fijemos en la belleza del mundo que nos rodea?

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