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soylopeor

Momentos escurridizos

Momentos escurridizos Supongo que como todas las cosas inexplicables, los que no somos muy creyentes, solemos achacarlas al destino, a dones innatos, al vecino, al jefe, a los inmigrantes, la verdad es que vivimos en un mundo donde muchas cosas y a la vez ninguna pueden tener la culpa, ¿quien tiene la culpa cuando tras pasar semanas, meses, no hay roce entre dos personas?, ¿será alguno de los culpables antes mencionados?. Para mi resulta increíble, bueno, seré más sincero, me resulta endiabladamente incomprensible, no creo que yo sea una persona sin habilidades sociales, tampoco creo que sea detestable, feo, tengo mis defectos y mis virtudes, como los posibles culpables también tienen sus defectos. Reconsiderando las cosas, a estas alturas de mi vida, en las cuales ya es difícil engañarme, y más aún venderme algo, es casi seguro que si me dejan lo compre yo solo, posiblemente yo sea un pedante en potencia, incapaz de ver este defecto (espero que no existan muchos más defectos en mi que yo no conozca, quiero decir, que no reconozca), incapaz después de tantos años de subsanar quizás incluso con ayuda mi pedantería, pero bueno, como esto con total seguridad es algo patológicamente enquistado en mi química más profunda, seguiré ignorándolo, hay otra cosa, quiero decir, el motivo por el que no surgen aquellas cosas que deseo, pueden serlo los primeramente enumerados, o quizás una particularidad absolutamente inherente a esos momentos en los cuales surgen las cosas más bellas, esa particularidad, es la propia del tiempo, de los momentos, su omnipotente e infinita cualidad de escurridizos, si así son esos momentos, escurridizos, tanto que resultan inalcanzables, cuando llegas a conocer a una persona, resulta que se ha casado y tiene gemelos a la primera, que se ha hundido en la droga, en la moda, en el dinero, o en la insoportable dependencia que produce la soledad, en el odio a los hombres porque uno muy cabrón un día le proporcionó el patrón que había de servir para juzgar a todos los demás
A veces creo que nací al igual que los felinos, con los ojos cerrados, pero tardé demasiado en abrirlos.

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